miércoles, 5 de diciembre de 2012

Aventuras y desventuras para completar el proyecto de agua de Azzarzane.


Este es el relato de Jesús, de sus aventuras y desventuras para llegar hasta Ifoulou… porque en estas tierras, y en alguna otra… los planes están para cambiarlos!

 

Salimos el día 30 de Octubre, como buenos europeos con todo bien planificado: recogeríamos un generador en Algeciras y en el coche, llevábamos la bomba y todo el material eléctrico necesario para dejar en marcha nuestro primer proyecto de canalización de agua en la aldea de Azzarzane.

Teníamos todo calculado: los tiempos del viaje, el día que habíamos quedado con el contratista, etc…

 El día 31, después de dormir en Algeciras en casa de Pepe y Gema (¡gracias a los dos por ayudarnos a encontrar un generador que pudiese pagar nuestro exiguo presupuesto!), nos embarcamos rumbo al Atlas, pasado la frontera rápidamente, lo que no es muy habitual…

 
Empezamos el viaje rumbo a Marrakech.  Cuando salimos de la autopista desde Benguerir a El Keela empezó a llover como nunca. Después de una media hora, el agua corría por todos los sitios y la carretera se había convertido en muchas lagunas seguidas. En estas condiciones llegamos a Demnate... Allí teníamos pensado recoger a Hafid, uno de los traductores que colabora habitualmente con aG, pero no pudo llegar por las lluvias y ya no nos acompañaría en este viaje.
Después de valorar cómo estaría la carretera de Demnate a Ifolou por lo que había llovido, y viendo que se nos haría de noche, decidimos quedarnos a dormir en Demnate. Redouane, nuestro querido aG marroquí, nos invitó a cenar en su casa, mientras asumíamos que por el momento no llegaríamos a nuestro destino según el plan previsto.

Al día siguiente nos pusimos en marcha hacia nuestro querido valle, junto a Abdú y Redouane.

 Por el camino toda la carretera estaba llena de rocas y todo tipo de materiales que había arrastrado la lluvia de la montaña. Cuando estábamos llegando a Ifolou nos llama el Rais, (el alcalde de Azzarzan) y nos dice que no vamos a poder llegar al pueblo porque la lluvia de por la noche se había llevado la pista.

Esperamos al contratista en Ifolou, en el Gîte de Etape de Hanini.
 
Al calor de la mesa de Hanini, decidimos que intentaríamos llegar lo más lejos posible por la pista, y después, cargaríamos con los materiales del proyecto sobre nuestras espaldas.

Efectivamente, tuvimos que dejar allí el coche, y  cargar a la espalda los materiales hasta que una furgoneta nos recogió un poco más allá para llegar a Azzarzane.

A pesar de los inconvenientes llegamos al pueblo con todo el material para empezar con la instalación de la bomba. Ya era tarde y no nos daría para mucho, aunque sí para darnos cuenta de otro contratiempo más: ¡el generador que habíamos comprado de segunda mano en España estaba estropeado! Menos mal que el contratista llevaba un generador grande y aparentemente de bastante potencia, así que dejamos la instalación eléctrica para el día siguiente.
 
El día 2 por la mañana salimos de Ifolou para Azzarzane. Nos acompaña Jero, un chico de Murcia que está realizando un viaje por Atlas, grabando un reportaje sobre detalles de la vida en esta zona y también sobre los proyectos de aG en el valle. Cuando llegamos, después de caminar la mitad del trayecto (la pista sigue cortada), el contratista ya tiene instalada la bomba y la mitad de los tubos de la columna de salida de agua del pozo y nos pregunta que si podemos conectar la bomba en su generador.
¡Manos a la obra!... preparo todo y cuando voy a conectarlo…oh sorpresa! no se puede: el generador no da corriente trifásica. ¡Esto ya si que es el contratiempo total!: no vamos a poder probar la instalación ni siquiera la bomba.

 Con la moral un poco baja nos ponemos a tapar alguna de las tuberías aéreas que tiene la instalación para que no se congelen en invierno. Mientras estamos realizando esta tarea se me ocurre una idea… cómo probar la bomba y la instalación, pero ésta no idea no os la contaremos aquí… no podemos dejar pistas, así que aplicaremos el refrán castellano… a buen entendedor…

 Necesitaría una serie de materiales que no tenía allí en ese momento así que tendría que hacerlo al día siguiente y ésta seria la ultima oportunidad ya que al final del día nos marcharíamos.

El último día por la mañana, otra vez rumbo a Azzarzane…ya sabéis… la mitad del camino andando….o quizá no … …¡ está bajando gente de todas las aldeas para reparar la pista! Calculamos que habría unos 100 hombres provistos de azadones, hachas, palas, etc…. Nos dicen que hoy quedará reparada. Nosotros lo dudamos por todo el tramo de pista que tienen que hacer nueva.

El pueblo bereber mantiene bonitas costumbres, como el trabajo comunal; unos pueblos se ayudan a otros cuando el trabajo les sobrepasa.

Llegamos a Azzarzane, pruebo el invento que había pensado y por fin … ¡la bomba funciona! ¡Sale agua del pozo!. Es agua clara y sale con suficiente potencia. Todos nos acordamos en ese momento de que por fin las mujeres no tendrán que cargar más agua en cuanto enganchen la tubería de subida del pozo al aljibe.
 

 El contratista se pone manos a la obra para la conexión y cómo no …¡otro contratiempo más!: las tuberías no están bien enfrentadas y al forzarlas para conectarlas se parte una de ellas. Esto nos deja a todos con cara de tontos: no vamos a poder ver el aljibe lleno. Esta rotura no se puede reparar en el momento sino que tiene que venir otro día para terminar las obras…

¡Ah! ¡se me olvidaba!: ¡sí que repararon la pista! lo hicieron en unas 4 horas y además les dió tiempo a matar una cabra, asarla mientras se reparaba la pista y comer.


Los europeos a veces no entendemos esas palabras tan populares, en boca de nuestros amigos bereber continuamente… inshalláh! (mezcla del castellano si Dios quiere… y nuestro esperanzador Ojalá! ). A veces también olvidamos que el trabajo en equipo, la unión de gente sencilla… hace fuerte a los débiles!

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