jueves, 9 de julio de 2015

¡Y de pronto mis amigos me avisan de que han llegado ya!


Así que vamos corriendo al albergue de Hanini y allí están, con su ropa de extraños colores y tejidos, sus grandes botas y gafas negras que a veces les tapan casi toda la cara. Me ha dicho mi hermano mayor, que todos ellos son voluntarios de Fundación Acción Geoda, los mismos que vienen varias veces durante el año desde hace tiempo, mujeres y hombres de todas las edades, y ¡algunos llevan unas camisetas que pone Tessaout! Suelen venir siempre caras conocidas pero también gente nueva, que al principio parecen algo tímidos pero en poco tiempo les hacemos sonreír y les cogemos de la mano para que se vayan soltando. Algunos no nos entienden porque ellos son de otro país, España creo que se llama, y debe ser que allí hablan otro idioma y que no les enseñan el nuestro, pero a veces con gestos podemos apañarnos. Con otros chicos del grupo si podemos hablar, son marroquís como nosotros y les traducen al resto lo que decimos y al revés. Yo me río mucho porque algunos traen un papel con palabras en bereber pero las dicen de una forma rara. Solemos hacernos fotos con ellos con sus cámaras…¡ojalá las traigan en papel para que podamos verlas en su próximo viaje!.

            A mí me gusta que vengan porque suelen jugar con nosotros, cosa que los mayores de aquí no hacen y además ¡jugamos niños y niñas juntos!, al principio me parecía raro, porque normalmente no lo hacemos pero debe ser que no es nada malo porque lo que hacemos nos hace divertirnos a todos, aunque en un juego me ganó Fátima, ¡la verdad que no sabía que las chicas podían correr tan rápido!.  Este año además, hemos aprendido una canción que decía muchas veces la palabra tallarín!, y aún la cantamos y la bailamos como nos enseñaron.

Dicen mis padres que han ayudado a que podamos tener agua en casa ¡y en algunas casas tienen un cajón con una cosa negra que hace que salga agua caliente y todo!, la verdad que tocar el agua cuando hace frío es mejor si está calentita.  Antes las mujeres y niñas eran las que iban al río a por agua, con unas garrafas a la espalda que la verdad es que pesan mucho, yo un día intenté coger una y casi no pude. Mi madre, aunque nunca lo decía, pero sé que le dolía la espalda por los gestos de dolor que ponía al volver, la verdad que ahora tiene más tiempo para hacer otras cosas, incluso durante una temporada fue al cole como yo.

También nos dicen que nos lavemos los dientes y las manos, yo creo que si insisten tanto es que debe ser importante…dicen que así no nos pondremos malos. Mi cepillo de dientes de este año es rojo y la pasta tiene un sabor como a caramelo, esta me gusta más que otras que picaban y eran verdes. 

También hemos hecho con ellos unas pulseras y una cosa con piezas pequeñas que había que ir colocando con mucho cuidado, después una chica le pasaba una cosa caliente para que se quedara todo pegado, queda muy bonito en mi casa y me gusta mirarlo porque me lo pasé muy bien ese día. Me gusta mucho también el día del cine, a veces intentan ponernos otras pelis pero nosotros siempre les pedimos la del caballo, aunque la hayamos visto muchas veces da igual porque nos gusta mucho ver cómo, aunque Spirit lo pasa mal, no se rinde, siempre lucha y gracias a eso tiene un final feliz.

Ahora me tengo que ir al cole de pequeños, que está en la casa comunal que construyeron hace años, este año lo volvieron a pintar entre todos ellos y ¡ahora es azul clarito!. Ya solo os puedo decir que se han ido hace poco y no sé cuándo volverán, ¡pero solo espero que sea pronto para seguir divirtiéndome y aprendiendo cosas nuevas!. ¡¡INSHALÁ!!


Texto elaborado por una voluntaria tras reflexionar en lo que quizás puedan pensar los niños y niñas del valle sobre el trabajo que está llevando a cabo aG